El Parque Cultural del Río
Vero se tiñe estos días de tristeza por la pérdida de Vicente Baldellou , arqueólogo,
director del Museo de Huesca durante cerca de 40 años, e investigador
del Arte Rupestre del Río Vero.
Era un reconocido experto en el estudio del arte
rupestre, así como del neolítico en la Península Ibérica. Por ello perteneció a organismos internacionales tales como, el Comité de Arte Rupestre de la UNESCO, o el Consejo de Arte Rupestre del Arco
Mediterráneo de la
Península Ibérica , teniendo respecto a este último un papel destacado en
la redacción de la candidatura para su declaración como Patrimonio Mundial.
Sus investigaciones en el arte
rupestre han estado acompañadas por estudio de otros relevantes yacimientos como cueva de Chaves, la Cueva del Moro de Olvena o su participación en los últimos años en el Grupo de Investigación” Primeros pobladores del Valle
del Ebro” de la Universidad de Zaragoza.
Con su llegada al Museo de Huesca, en 1974, puso en marcha un proyecto de investigación
arqueológica, continuado hasta la actualidad, que le permitió, con su equipo,
descubrir el arte rupestre contenido en la cuenca del Río Vero y que ha tenido
una gran trascendencia en la Prehistoria aragonesa.
Durante los primeros años, los hallazgos
fueron trepidantes: el abrigo de Arpán, las
pinturas paleolíticas de la Fuente del Trucho,
Muriecho, Mallata, Barfaluy…hasta un total de 60 enclaves, escribiendo una de las páginas más emocionantes de los descubrimientos
prehistóricos.
Cuesta poco retrotraerse a esos momentos, en un territorio hermoso y
sobrecogedor, la Sierra de Guara, recorriendo agrestes parajes de difícil acceso, y percibir la repercusión de este trabajo en las pequeñas
poblaciones de Alquézar, Lecina y Colungo (todavía no tenían un desarrollo
turístico, salvo incipiente en
Alquézar), en el que colaboraron algunas personas de estas localidades, así
como en los medios informativos.
Sus prospecciones arqueológicas, la acertada y temprana protección de
los abrigos, la documentación, sus estudios, publicaciones, conferencias, hicieron que este patrimonio pudiera
preservarse y conocerse científicamente en las debidas condiciones. Sobre estos cimientos, desde finales de los
90, hemos construido el proyecto del Parque Cultural del Río Vero, impulsado por las entidades locales que con el apoyo de otras instituciones ha puesto en
valor el arte rupestre, acercándolo al público y favoreciendo el desarrollo del
territorio.
Respecto sus últimas
intervenciones en el Parque queremos destacar su participación en las Jornadas para
la Gestión del Arte Rupestre, Patrimonio Mundial, celebradas en Alquézar en
2012, en
las que, además de presentar las nuevas líneas de investigación, nos ofreció una excepcional visión en la visita a la Cueva de la Fuente del Trucho.
Quienes hemos compartido trabajo
y amistad, por encima del dolor de su pérdida, debemos otear más allá y
entender que su presencia estará entre nosotros a través de su legado.
Reconforta que quizá pocas personas
hayan podido ver como él, que su
trabajo científico es disfrutado por la sociedad, mediante los proyectos
puestos en marcha en el Parque Cultural del Rio
Vero , que tanto valoraba.
Con estas líneas recogemos el
sentir de cuantos componemos el Parque Cultural y de muchas personas de esta tierra.
En nuestro recuerdo y en estos hermosos paisajes que tanto recorrió, estará día
a día con nosotros.
Hemos querido acompañar este recuerdo
con el relato del descubrimiento del
abrigo de Arpán, recogido en el libro “El Arte rupestre en el Río Vero" donde
fue autor de los textos divulgativos, extraído del artículo "Los descubrimientos del Arte Prehistórico en la cuenca del Río Vero" de Mª José Calvo.