El 28,
los Santos Inocentes, era el día de
los niños, donde las reglas se invertían y todo era posible. El origen de esta
celebración se remonta a cuando el rey Herodes fue engañado al no estar el Niño
Jesús entre los niños que ordenó sacrificar. Era una jornada donde los más menudos se divertían
haciendo travesuras para disgusto de los mayores.
En la noche de San Silvestre (nuestra Nochevieja) se hacía una gran celebración. Pozán de Vero entraba en sus fiestas de San Macario.
En la noche de San Silvestre (nuestra Nochevieja) se hacía una gran celebración. Pozán de Vero entraba en sus fiestas de San Macario.
En Año
Nuevo los niños recorrían las casas pidiendo el Cabo d’Año con cestas. Los vecinos les daban higos, turrón, bellotas, zerollas (fruto del serval), caramelos…